¿Cómo ve la situación del capital riesgo en España? ¿Qué hace bien y qué debe mejorar respecto a cómo funciona en otros países?
El capital riesgo en España ha registrado un récord histórico en crecimiento en los últimos años. En 2020, y a pesar de la pandemia, ha seguido en niveles muy elevados con una inversión total de 5.500 millones, la tercera más importante de la serie histórica, por lo que podemos decir que está en un momento saludable.
Como aportación positiva de los fondos de private equity a la economía y empresas en España destacaría su capacidad para dinamizar, profesionalizar y ampliar el ámbito de actuación de empresas locales. Los private equity españoles permiten a muchas empresas dar un salto cualitativo en su evolución con enfoques de crecimiento nacional e internacional, consolidación de sectores y refuerzo de los estructuras y procesos de gestión.
Como elementos adicionales en los que los fondos pueden incrementar su impacto, están el reto de abordar transformaciones integrales de las operaciones de las compañías de portfolio. En este ámbito, se observa una enorme discrepancia entre el grado de relevancia que le atribuyen las empresas de private equity y las capacidades de aportar valor que los mismos fondos reconocen, según las conclusiones del reciente estudio Private Equity Operating Model que Kearney ha llevado a cabo con la Universidad Técnica de Múnich.
Otras importantes áreas de mejora son una gestión del conocimiento más eficaz, así como la incorporación de herramientas digitales.
Por último, destacaría la oportunidad que los fondos de private equity tienen de liderar la transición hacia modelos de producción y consumo con un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, algo que cada vez les van a demandar más tanto sus propios inversores como la sociedad en su conjunto.
¿Por qué estima que en general el capital riesgo debe transformar sus modelos y procesos operativos para seguir siendo rentable? ¿En qué ejemplos se basa?
Los fondos de capital riesgo generan valor en tres ámbitos: el arbitraje de múltiplos, la optimización de la estructura financiera y la generación de caja. Es este último punto el más relevante para generar valor de manera sostenida. El estudio realizado por Kearney con la Universidad Técnica de Múnich de Modelos Operativos de empresas de Private Equity a nivel europeo, muestra la futura pérdida de la competitividad de empresas del sector si no acometen de forma inmediata los cambios y mejoras en sus modelos operativos con el foco en tres campos: la gestión de las participadas, la gestión del conocimiento y la digitalización de procesos.
¿Qué firmas de capital riesgo considera una referencia por su modelo y proceso operativo en España y en el mundo? ¿Por qué? ¿Con qué operaciones lo ilustraría?
Las compañías que pueden considerarse referencia en el sector son los grandes fondos internacionales que en general disponen de modelos operativos más avanzados con figuras de operating partners, perfiles senior que se encargan de mejorar y apoyar la transformación de la cartera de empresas participadas, apoyados por consultores de transformación y operaciones para acometer los cambios más ambiciosos, procesos de gestión del conocimiento más robustos y vehículos especializados en determinados sectores o situaciones que les permiten ser más competitivos ante determinadas situaciones. Los fondos medianos y de menor tamaño van incorporando elementos de estos modelos más desarrollados con redes más o menos estables de advisors industriales que apoyan en las decisiones de inversión y en la gestión del portfolio y utilización ad-hoc de consultores especializados.
¿Qué operaciones de capital riesgo estima más significativas en España en los últimos años? ¿Qué casos destacaría por su impacto positivo en las participadas? ¿Y por su rentabilidad en la salida?
En España las operaciones que más éxito han tenido tradicionalmente se han centrado en la mejora de la gestión, profesionalización e internacionalización de empresas exitosas a nivel local, la consolidación de ciertos sectores mediante procesos de build-up, y la transición en empresas familiares a las que los private equity aportan, aparte de todo lo anterior, una mayor ambición y foco en crecimiento.
¿Qué espera del capital riesgo en España este año? ¿Cómo cree que puede evolucionar su inversión y en qué sectores piensa que puede desarrollarse más?
Estoy convencido de que habrá muchas oportunidades para el capital riesgo en España, puesto que la oferta de las compañías que van a buscar un socio en los fondos de private equity se va a incrementar, tanto en empresas familiares que se han percatado tras la crisis del COVID que pueden preferir buscar una salida reevaluando su apetito de riesgo, como en negocios de grandes corporaciones que van a necesitar adelgazar su estructura y reenfocar su portfolio en negocios clave.
Con respecto a los sectores que se van a beneficiar más de la inversión de private equity, estos incluirán industrias y actividades fundamentales para la economía española como son la salud, las infraestructuras energéticas, las de transporte y telecomunicaciones, así como el consumo de los hogares. De la misma manera, será prioritarios para los fondos sectores que van a afectar en la competitividad de la economía y que se van a impulsar en los próximos años con los fondos europeos Next Gen. En este campo, están las empresas que apoyan la digitalización, la educación, la formación en competencias digitales, la eficiencia energética y la economía circular.
¿Qué aspectos legislativos cree que podrían mejorarse para que tuvieran un impacto mayor en España?
Los cambios de regulación en los planes de pensiones podrían servir para fomentar una mayor inversión de capital riesgo. Y es que el private equity representa una alternativa de inversión a largo plazo, con rentabilidades medias superiores a las de activos en los que tradicionalmente las aseguradoras y fondos de pensiones han invertido como es la renta fija y variable.