Los concesionarios españoles han arrancado el año con una rentabilidad media en números rojos, según datos de Snap-on Business Solutions, que asegura que esta cifra se quedó en el -0,68% en el primer trimestre.
Tras un cierre de 2020 en positivo, la rentabilidad de los centros de distribución de vehículos ha caído a cifras negativas por la incertidumbre provocada por la pandemia del coronavirus, después de que la facturación total también haya bajado un 7,26% respecto a los tres primeros meses de 2020.
En concreto, la rentabilidad de Ventas se situó en un -14,41%, mientras que la de Posventa en un -8,2%, también en cifras negativas. Todas ellas mitigadas, en parte, por la reducción de los gastos generales, con un -6,5%.
Snap-on ha indicado que el arranque del año no ha sido positivo para los concesionarios, que siguen viéndose muy afectados por los efectos derivados de la pandemia y la incertidumbre generada. También la escasez de semiconductores está teniendo un efecto sobre el sector.
El área de Ventas ha sido el más perjudicado y ha pasado de representar un 55% de la contribución al resultado final a cierre de 2020 a solo un 41%. Todo esto ha supuesto un mayor deterioro de la liquidez de las empresas.
«El arranque de este año ha cumplido los peores presagios. Además de estar muy pendientes de la evolución de la pandemia, ahora tenemos que estar también atentos a la crisis de los chips, que puede afectar a los concesionarios en los próximos trimestres no solo a nivel de rentabilidad, sino también en las previsiones de tesorería y liquidez», ha subrayado la directora de Estrategia e Innovación en España de Snap-on Business Solutions, Ana Sánchez.
Según ella, todo esto hace que, después de haber conseguido cerrar 2020 con mejores cifras, «ahora los concesionarios vuelven a tener encima la losa de un comienzo de año muy complicado».