Los avales son muy importantes cuando se solicita un crédito o se presenta una oferta para un proyecto, por lo que es esencial conocer las diferencias entre aval técnico y aval económico. Cuando se consigue un aval, la empresa gana una mayor credibilidad y mejora la imagen a favor de nuevos clientes potenciales. Esto aumenta la posibilidad de acceder a proyectos con mayor desempeño. Y para ampliar las posibilidades del negocio, existen dos tipos de avales a los cuales recurrir: el aval técnico y el aval económico.
¿Qué es el aval técnico?
El aval técnico tiene como objetivo garantizar la capacidad del autónomo o la pyme para alcanzar las obligaciones del contrato que ha contraído. Normalmente, se solicita en la participación de subastas y concursos públicos, al igual que en las importaciones o exportaciones de mercancías, contratos de suministros y ejecución de obras. El solicitante del aval entrega el mismo a su contratante.
La entidad que avala responde ante el receptor del aval (el contratante) por el incumplimiento del solicitante de obligaciones de carácter no económico. Por ejemplo, en los avales para una obra, en el caso de no terminar a tiempo o que la calidad resultante no cumpla las especificaciones del contrato, el receptor del aval cuenta con el derecho a ejecutar un aval y recibir la compensación por perjuicios causados.
Esto no significa que la entidad que avala asume las prestaciones y se encarga de terminar la obra o resolver los problemas de calidad, sino que la entidad indemniza económicamente al cliente con base en el perjuicio causado y las condiciones estipuladas en el contrato del aval.
¿Qué es el aval económico?
El aval económico está centrado en garantizar las operaciones donde es necesario pagar una cantidad fijada en un periodo de tiempo específico. Esto cubre las obligaciones y compromisos de pago que el autónomo o la pyme contrae con otra persona o empresa. Los avales económicos se pueden distinguir entre avales financieros o avales comerciales.
La diferencia entre el aval económico y el aval técnico es que el primero asegura los compromisos de tipo financiero o comercial que se adquieran, mientras que el técnico garantiza el cumplimiento de las obligaciones contractuales.
De este modo, el aval técnico se utiliza regularmente para licitaciones de contratos de obra o presentaciones a concursos, avales para renovables, etc., mientras que el aval económico se enfoca en garantizar las operaciones donde se demanda el pago del dinero, ya sea a entidades bancarias o proveedores.
Otra de las diferencias entre el aval económico y el aval técnico son las implicaciones financieras. Con el aval técnico se evita la inmovilización del capital que se destina a la constitución de las finanzas en efectivo mientras el contrato dure. Por lo que se goza de una mayor libertad para disponer de los recursos económicos. Los avales técnicos no exigen pignoración de fondos de la empresa, mientras que la entidad bancaria puede pedir que se inmovilice parte de la garantía solicitada por la concesión del aval económico.
Una diferencia crucial es que, según el Banco de España, el aval técnico no se considera un producto financiero. Como no pasa por el sistema bancario, no computa en la CIRBE, que es donde se registran las obligaciones contraídas con las entidades financieras. Así, se mantiene libre el límite del riesgo con la entidad de crédito, por lo cual permite recurrir a los recursos bancarios para financiar los proyectos necesarios y lograr el crecimiento del negocio, ya que la capacidad crediticia no se ve afectada.
Para terminar, en el caso de necesitar un aval técnico o económico, puedes solicitarlo con Consorcio Europeo de Avales, son la fórmula ideal de financiación, asesoramiento cualificado, agilidad en la tramitación y mejora de condiciones.