El Boeing 737 MAX 9 accidentado de Alaska Airlines el pasado 5 de enero, que obligó a un aterrizaje forzoso tras desprenderse un panel, carecía de cuatro pernos, según recoge ‘Bloomberg’ de un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos.
Las fotos y pruebas del informe señalan que los pernos fueron retirados para realizar trabajos en la fábrica de Boeing en Renton (Washington) y no fueron sustituidos.
En concreto, la NSTB muestra que al día siguiente de llegar el avión a las instalaciones de Boeing en Renton, el pasado 31 de agosto, el fuselaje del 737 MAX 9 fue marcado por tener cinco remaches dañados a lo largo del tapón de la puerta donde más tarde se produjo el fallo. Para sustituir esos remaches, los mecánicos tuvieron que retirar el tapón de la puerta y los cuatro pernos de sujeción que lo mantienen en su sitio.
Los remaches fueron sustituidos, según informó el personal de Spirit Aero el 19 de septiembre. Posteriormente, una foto obtenida por los investigadores de la NTSB mostró que al tapón de la puerta le faltaban pernos de retención en al menos tres lugares.
Además, los agujeros donde se habrían instalado los pernos de retención no mostraban «ninguna evidencia de daños por contacto fuerte», afirmó la NTSB. Esto sugiere que los pernos no estaban presentes cuando el panel se abrió en el avión de Alaska Airlines poco después de despegar de Portland el mes pasado.
Por su parte, el fabricante de aeronaves ha afirmado que revisará el informe y seguirá cooperando con los investigadores estadounidenses.
A raíz de este incidente aéreo, la Administración Federal de Aviación (FAA) inmovilizó a un total de 171 aviones de este modelo durante semanas para que pudieran ser inspeccionados, mientras el regulador estudia minuciosamente los procesos de fabricación de Boeing.