La fuerza del viento se une al aprovechamiento de los residuos ganaderos o la biomasa de los cultivos en el «mix» de fuentes renovables de un número cada vez mayor de explotaciones agrarias que quieren participar en la transición energética de España.
En el sureste de Gran Canaria, la mancomunidad de los municipios de Agüimes, Ingenio y Santa Lucía se sirve de los parques eólicos para suministrar electricidad a una desaladora que permite reducir el coste del agua y garantizar el abastecimiento hídrico a la agricultura de la zona.