Actualmente, casi todo el mundo es consciente de la desigualdad entre hombres y mujeres que existe en esta sociedad. A pesar de que a nivel macro algunas cosas han cambiado y han mejorado como, por ejemplo, en la consecución de derechos para las mujeres, a nivel micro la desigualdad sigue siendo algo obvio en el día a día.
Se encuentra desigualdad salarial entre hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo, se encuentra menos posibilidades de ser contratadas si se tiene más de 40 años, se encuentra desigualdad en la crianza de los hijos y en el tiempo y cuidados invertidos, etc. Todas estas casuísticas y muchísimas más, llevan intrínseco el sesgo de género. En todas ellas, la única razón es ser mujer.
La terapia es una parte muy importante en la vida de las personas que acuden como pacientes a una consulta de psicología. Confían en su terapeuta les consideran figuras importantes a la hora de tomar decisiones y a la hora de apoyarse. Los profesionales de la psicología tienen una responsabilidad muy importante para con la persona que se tiene delante, que pide ayuda y acompañamiento, durante un tiempo de su vida.
En este contexto terapéutico, existe la responsabilidad de trabajar aquellas cosas que las personas que son paciente quieren cambiar y mejorar y, por tanto, el papel como orientadores es fundamental.
Según los expertos de Calma al Mar, resulta imprescindible aplicar la perspectiva de género en terapia, para poder ayudar a esas mejoras personales, desde un enfoque igualitario con el resto de personas con las que interactúan y conviven y, además, siendo conscientes de la razón por la que aparecen y se dan muchas actitudes y comportamientos.
Es necesario que todas las personas entiendan el origen de muchos pensamientos, emociones y conductas que se tienen, o que tiene la persona con la que está compartiendo su vida tiene. Muchas veces este origen viene por un sesgo de género y por el tipo de rol de género que las personas implicadas han tenido. (Socializadas en masculino o socializadas en femenino).
Aplicar en consulta la perspectiva de género, genera muy buenos resultados en el éxito de la terapia, ya que, las/los pacientes consiguen reflexionar y plantearse aspectos, que tenían muy normalizados e, incluso, aceptados y que son machistas o, incluso, misóginos. Gracias a esta perspectiva feminista en la terapia, son capaces de entender el porqué de muchas de las situaciones, conflictos o reacciones que tienen en sí mismos, o que perciben de otra persona. Les ayuda a entender y eso genera tranquilidad y concienciación.
En Calma al Mar aplican la perspectiva de género en todos los casos con los que trabajan, indistintamente de que se trate de una paciente mujer o de un paciente hombre. Cuando consiguen entender y reflexionar sobre cómo se ha criado cada persona y cómo se ha educado cada persona, ayuda mucho a entender la situación actual en la que se encuentran.
La psicóloga Andrea Mezquida, especialista del equipo de Calma Al Mar, comenta que en todos estos años en su consulta ha habido pacientes que han comentado que lo aprendido en la sesión anterior, o en toda la terapia, les ha ayudado a detectar mucho antes aquellos comentarios o comportamientos machistas, que antes no detectaban y tenían normalizado e, incluso, concienciar también a las personas de su entorno. Ese es el éxito principal de la perspectiva de género, tanto en consulta, como en cualquier contexto.
Se espera que la sociedad siga avanzando hacia la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres y, por esa misma razón, resulta importante enfocar todos los problemas personales que traen los pacientes, desde esta perspectiva de género y feminista.
Si esta perspectiva se llevase a cabo en todos los trabajos y por todos los profesionales implicados, la sociedad sería mucho más igualitaria, pero, especialmente, en los trabajos dedicados al trato directo con personas, resulta más necesario todavía.
Las consecuencias de una sociedad cada vez más consciente pueden ser realmente maravillosas, tanto para mejorar sus problemas personales, como para convivir e interactuar con el resto de personas que les rodean.
El feminismo es una realidad, cada vez se conquistan más derechos y se consigue que la desigualdad vaya desapareciendo, pero queda mucho camino por recorrer todavía y, en ese punto, es donde hay una responsabilidad muy grande como acompañantes del cambio y mejora en la vida de las personas.
Como dice uno de los lemas del movimiento feminista, por excelencia, “la revolución será feminista, o no será” y la revolución también puede empezar en una consulta.