Los nuevos trastornos de conducta alimentaria y su implicación con el estrés emocional

Por Remitido

La anorexia, la bulimia nerviosa y los atracones son los trastornos de conducta alimentaria más conocidos y abordados por especialistas. Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevos tipos de TCA que no cumplen con los criterios comunes de diagnóstico. Por esta razón, son más difíciles de detectar y suponen un grave riesgo para la salud física y mental.

Algunos ejemplos de los nuevos trastornos son la diabulimia, la pregorexia, la drunkorexia, el síndrome del comedor nocturno, entre otros. A menudo, estas conductas están relacionadas con el estrés emocional experimentado cotidianamente. Por ello, los expertos recomiendan terapias emocionales de la mano de profesionales como Nutrición Somática.

¿Por qué surgen los nuevos trastornos de conducta alimentaria?

Los trastornos alimentarios son condiciones que afectan la forma en que las personas se relacionan con la comida, su cuerpo y sus sentimientos. Por lo general, son una respuesta adaptativa del organismo ante situaciones de estrés emocional, lo cual provoca cambios en el apetito, en las preferencias alimentarias y en el metabolismo de las personas afectadas.

Por otra parte, existen TCA que pueden llegar a ser imperceptibles en la actualidad, ya que suelen disimularse con las tendencias de comida saludable y el fitness. Un ejemplo es la Ortorexia que se caracteriza por una obsesión patológica por la calidad, la cantidad o el momento de la ingesta de alimentos.

Además, algunos trastornos pueden ir acompañados por el ejercicio físico, como es el caso de la vigorexia que tiene una fijación con la imagen corporal musculada. Otros TCA se identifican por la ingesta de sustancias adelgazantes, como la potomanía, que se caracteriza por consumir agua en exceso o la drunkorexia, que reemplaza la comida por alcohol. Estos síntomas surgen a partir de la obsesión por mejorar la imagen personal.

La nutrición somática, una herramienta para el autocuidado nutricional

Entre las técnicas más utilizadas para abordar los problemas causados por trastornos de conducta alimentaria destacan las terapias de nutrición integral. Dicha modalidad es usada en centros como Nutrición Somática para desarrollar una relación saludable con la comida.

Las técnicas de nutrición somática y psicosomática se basan en el principio de que el cuerpo y la mente están conectados. Por ello, trabajan basados en un enfoque integrativo que establece conexiones a nivel bioquímico, fisiológico, metabólico, neurológico y psicológico. Esto ayuda a las personas a ser conscientes de sus cambios y les permite explorar sus propias emociones y pensamientos asociados a la comida. De esta forma, los pacientes identifican sus conflictos de imagen corporal, autoestima, aversiones o creencias que influyen en la conducta alimentaria.

Los trastornos de conducta alimentaria suelen ser una forma de afrontar el estrés emocional mediante el control de la alimentación y el cuerpo. Sin embargo, lejos de aliviar el malestar psicológico, generan más ansiedad, culpa, vergüenza y aislamiento. Por esta razón, los especialistas enfatizan que son enfermedades serias que requieren atención médica y psicológica.