«El regreso a un modelo en el que la gastronomía sea una experiencia sensorial es una realidad viable», asegura Fabio Buccioli. Esta afirmación resume la propuesta de Romea: nadar contra la corriente de las tendencias grandiosas y elocuentes, a través de un retorno a los orígenes, es decir, a una realidad genuina y única. En ese contexto, lo esencial se expresa de manera concisa, preservando el derecho a abrazar el regreso a la buena mesa en un ritmo poético y atemporal.
El proyecto, ideado por el italiano Fabio Buccioli, tiene sus raíces en las bodegas de queso de su abuelo Dante y en el aroma de la salsa boloñesa preparada por su madre Tereza, que perfumaba toda la casa durante las largas horas de preparación. «A través de Romea, buscamos contar las mismas historias que me contaban los abuelos, a la vez que permitimos un diálogo con lo nuevo, construyendo un puente entre el ayer y hoy. Aspiramos a una modernidad que no sea faustiana, que no comprometa nuestras técnicas ancestrales. Buscamos equilibrar el respeto y la admiración hacia las tradiciones gastronómicas con la creatividad y la evolución en la cocina«.
Para ello, Romea eligió destacar lo principal de la comida italiana: la pasta. Con un espacio de producción propio, se dedican casi exclusivamente al universo de las pastas. «Para mí, la pasta fresca es un símbolo de dedicación, cuidado, amor y, por supuesto, mucho placer en la mesa», comenta Fabio Buccioli.
Todo el concepto se armoniza en manos de su esposa, Janaina Buccioli, y de las arquitectas Juliana Serra y Ana Carolina Esteves (oficina Conforma), quienes desarrollaron un ambiente que busca la armonía entre el ayer y el hoy. «El proyecto se basa en sensaciones como intimidad, intercambio y calidez. Sobre esta base, añadimos elementos como la elegancia sencilla y la sofisticación medida para dar vida a lo que fue ideado por la propietaria: la belleza de Milán en la década de 1970, con una cierta despretensión interesante del West Village en Nueva York», describe Juliana.
Para llevar la gastronomía, Fabio Buccioli invita a Danilo Casano, quien da vida a su cocina. Originario de Sicilia, Danilo consolidó su experiencia en la tradicional región del Piamonte, desde donde salió hacia diversos continentes, Europa, América y África. «Creo que lo que posibilitó este exitoso matrimonio entre la pareja Buccioli y yo fue el hecho de que tengo raíces profundamente italianas, además de una experiencia que me permite navegar por tendencias sin ser consumido por ellas».
El menú está estructurado esencialmente en dos mundos: de un lado, el universo de las pastas clásicas, donde encontramos platos esenciales como tagliatelle a la boloñesa y la clásica carbonara y, de otro, pastas especiales donde la sofisticación y la novedad encuentran su lugar. «Nuestro menú no es estático; opté por crear una carta concisa y estudiada. Como todo es resultado del trabajo con materia prima básica y fresca, será una carta que sigue las estaciones: nuestros platos tendrán primavera, verano, otoño e invierno», bromea el chef Danilo.
Otro detalle importante es la carta de vinos italianos, elaborada para permitir un viaje hacia el variado y rico mundo de las diversas uvas y vinos de las diferentes regiones de la península itálica. Los platos tendrán un precio promedio de entre 16 y 23 euros. Además, en el lugar hay una pequeña tienda donde será posible adquirir pasta fresca para preparar en casa.
En resumen, Romea representa la fusión perfecta entre la autenticidad de la tradición culinaria italiana y una visión contemporánea que valora la calidad, el amor por la comida y la conexión con las raíces, ofreciendo una experiencia gastronómica verdaderamente única.