La decoración de un espacio va más allá de colocar cosas bonitas en las paredes y los rincones.
Se trata de saber combinar de forma inteligente funcionalidad, comodidad, calidez y armonía al gusto de quien va a utilizar el ambiente. Contar con un decorador de interiores nos ayudará a obtener los mejores resultados y crear lugares llenos de vida, de imaginación y de comodidad.
Mucho más que ideas
Estudio RYD es un servicio profesional de decoración e interiorismo ubicado en Madrid que se caracteriza por la gran responsabilidad que aplica a sus proyectos. Beatriz Mejía, interiorista y decoradora profesional, se encarga directamente de los trabajos junto a un equipo multidisciplinar de profesionales que buscan hacer que los espacios se conviertan en parte de las personas.
Mejía sostiene que, en este sentido, un decorador de interiores es un especialista capaz de aportar mucho más que ideas.
Tiene la capacidad suficiente para darle personalidad a cada rincón, sin que estos pierdan su funcionalidad. Cuenta con las herramientas necesarias para hacer que los espacios se vean más luminosos, grandes y acogedores.
Además, un profesional en este campo es capaz de visualizar todas las posibilidades que ofrece un ambiente y exprimir al máximo su potencial. Un decorador de interiores también tiene amplio dominio de las tendencias, los materiales disponibles en el mercado y el criterio para combinarlos adecuadamente. Con estas aptitudes cuenta con un abanico prácticamente infinito para escoger la mejor alternativa en cada proyecto.
Evitar errores y ahorrar costes innecesarios de la mano de un decorador de interiores
Estudio RYD sostiene que, contrariamente a lo que muchos creen, la contratación de un decorador de interiores no resulta más costoso.
A menudo, a la hora de encarar un proyecto, una persona inexperta se enfrenta al hecho de que su conocimiento del mercado es limitado. Desconoce la existencia de materiales, fabricantes y proveedores de servicios. A menudo, le cuesta estructurar un proyecto completo, a pesar de tener una idea de lo que quiere para la decoración. Si hay que hacer alguna obra, posiblemente no tiene a la mano al maestro ideal para ejecutar el trabajo. Todos estos aspectos pueden afectar al resultado final de un proyecto.
Malas decisiones en estos aspectos terminan encareciendo la ambientación.
Con un decorador de interiores, el dueño del inmueble solo aporta las ideas de lo que quiere y el experto se encarga de darles forma. Es capaz de dibujar bocetos hasta que la persona esté segura del resultado final. Así, cuando se ejecuta el proyecto, se asegura el camino y se optimizan al máximo los recursos.