Kōnosuke Matsushita se marchó de casa con apenas nueve años para ponerse a trabajar en la zona comercial de Osaka. En la adolescencia mostró un notable interés por los dispositivos eléctricos que le llevó a trabajar como asistente de cableado en la Osaka Electric Light Company. Tras varios ascensos, en 1918, decide independizarse y crear su propia compañía. Funda la empresa de aparatos eléctricos Matsushita Electric Housewares Works. Al principio no tiene mucho éxito, pero tras cinco años de ingenios poco prácticos, lanza un faro para bicicletas que se convierte en todo un superventas.
En 1922, construye una nueva fábrica con nuevas oficinas, al tiempo que cambia el nombre de la compañía que pasa a denominarse Matsushita Electric Devices Manufacturing Works. A los faros para bicicletas, siguieron otros exitosos productos con importantes ventas como las planchas eléctricas, las radios o las baterías.
Curiosamente, cuando se produjo la Gran Depresión de 1929 y todas las empresas realizaban reestructuraciones de plantilla o despidos masivos, Matsushita decidió mantener a todos los empleados, sin recortes salariales, reorientando a buena parte de ellos a labores de venta. Una medida que no sólo triunfó sino que propició un vínculo sin precedentes entre los trabajadores y la empresa. A final de año, tiene lugar una sutil modificación en la denominación de la compañía a Matsushita Electric Manufacturing Works. En ese momento, se hacen públicos los siete principios básicos de gestión de la marca: 1.Contribución a la sociedad; 2.Justicia y honestidad; 3. Cooperación y espíritu de equipo; 4. Incansable esfuerzo de mejora; 5. Cortesía y humildad; 6. Adaptabilidad; 7. Gratitud, y lema corporativo “una vida mejor, un mundo mejor”.
Otra de sus máximas fue la idea de que comercializar sus productos a precios justos, pensando en el poder adquisitivo de la población. Si bien en economías como la española acabara siendo poco apreciable, debido al cambio de moneda y una renta considerablemente más baja respecto a Japón. No obstante, la intención de Matsushita era plantear un margen de beneficio justo que permitiera cubrir los gastos de fabricación y obtener un cierto beneficio por la investigación y desarrollo. Un precio que no se adaptara al consumidor suponía para Matsushita “una falta de cortesía con los clientes”. Por otro lado, era consciente de la necesidad de producir la cantidad adecuada de cada producto, sin sobreproducción pero ofreciendo garantías frente a la posible demanda, como pilar básico para conseguir comercializar cada producto al precio justo. Para Matsushita una gestión injusta perjudicaba a las personas y, a la postre, a toda la sociedad. Toda su filosofía empresarial se apoyaba en la idea de que hay que tratar a las personas como seres importantes.
Pese a que era un pacifista convencido, durante la II Guerra Mundial todo el poderío industrial japonés tuvo que contribuir a la causa por lo que se vio obligado a fabricar diversos componentes para el ejército. Incluso se montaron aviones de combate en sus fábricas que curiosamente estaban fabricados en madera. Pese a esta deriva transitoria, a comienzos de los años cincuenta, Matsushita inicia la producción de lavadoras eléctricas y los primeros modelos de televisión en blanco y negro. En 1954, crea la Matsushita Electric Corporation of America en Nueva Jersey. En 1960, lanza su primer modelo de televisión a color. En los setenta, se convierte en una de las marcas de referencia en el ámbito del sonido con espectaculares cadenas de alta fidelidad, especialmente sus inmejorables modelos de tocadiscos Technics y, posteriormente, en los años ochenta, con los reproductores de CD.
Matsushita no sólo fue un gran visionario comercial sino también un filósofo. Su visión empresarial siempre estuvo marcada por principios basados en la bondad y el respeto a los demás. Su objetivo básico de gestión, que partía del reconocimiento de la responsabilidad como industrial, requería una total dedicación, en favor del progreso y desarrollo de la sociedad, así como del bienestar de las personas, con el fin de mejorar la calidad de vida de todo el mundo. Ideas como la referida, propiciaron no sólo que fuera uno de los principales líderes del milagro económico japonés, sino que le permitió ser el primer nipón en aparecer en la portada de la revista Time y, a su empresa, figurar en el puesto 23 de las más grandes del mundo en el ranking de la revista Fortune de 1998. Matsushita creó la corporación que hoy conocemos como Panasonic empezando desde cero. Dedicó más de setenta años de su vida a gestionarla, hasta que falleció, a los 94 años. En este periodo, logró construir no sólo una compañía de prestigio internacional sino toda una filosofía de empresa comprometida con la mejora de la calidad de vida de las personas.
Bibliografía recomendada:
Kōnosuke Matsushita publicó varios libros en los que reflexionaba sobre su filosofía empresarial. El primero, en 1972, titulado Pensamientos sobre el hombre, y otro, ofreciendo importantes consejos sobre las Cualidades necesarias para un gerente. Obtuvo un notable éxito editorial con el titulado El secreto de mi éxito, en el que explicaba sus particulares métodos sobre la forma de hacer negocios, con un alto compromiso social, según su propia experiencia.