El auge del sector turístico a nivel mundial, sobre todo en 2023, con una temporada turística que bate récords en países como Francia, España o Estados Unidos, puede estar llegando a su fin tras una inflación «galopante» en las tarifas aéreas que «está provocado un recorte en los viajes de los consumidores».
Ésta es la conclusión del último informe de John Plassard, especialista en inversión de Mirabaud, que señala que los viajeros también se han visto afectados por dos años de crecimiento negativo de los salarios reales, lo que «les ha obligado a echar mano de sus ahorros personales y a acumular una deuda insalvable en tarjetas de crédito en un entorno de altos tipos de interés».
Además, en referencia a Bloomberg Second Measure, el auge de los viajes aéreos posterior a la pandemia de Covid-19 estaría «perdiendo fuelle» tras una ralentización de las transacciones con tarjetas de crédito y débito de los consumidores para comprar billetes de avión en el segundo trimestre de 2023.
«Se trataría de la primera caída en dos años, tras el levantamiento de los cierres de aeropuertos impuestos por el gobierno, que llevaron a las compañías a reducir los vuelos en todo el país», recalca el informe.
FACTORES DEL AUMENTO DEL TURISMO EN 2023
Además de las expectativas futuras de Mirabaud, el informe ha analizado varias razones que explican el aumento del turismo este año y, en general, el buen comportamiento del sector servicios.
En primer lugar, una vez reabiertos los cielos tras la crisis del Covid-19, los consumidores empezaron a viajar para «compensar el tiempo y las experiencias pérdidas» durante la pandemia, provocando un descenso de los ahorros acumulados estos años, según el informe.
En segundo lugar, el uso de tarjetas de crédito también ha aumentado constantemente, con el «consumo de desquite» tomando el relevo de la «histórica cautela» de los consumidores durante los periodos de recesión.
Por último, Mirabaud ha explicado que «no hay que olvidar que la mayoría de los países desarrollados se encuentran actualmente en pleno empleo, lo que significa que los consumidores pueden consumir a fin de mes».