La historia de Trocitos de Mí, ¿cómo emprender un negocio a los 50 años?

Por Remitido

Cada vez más, las personas optan por hacer regalos personalizados, ya sea para una comunión, un bautizo o una boda. Al fin y al cabo, son esos detalles los que acaban perdurando y acaban siendo muy significativos.

Así, por azar y entretenimiento es como nace la historia de Trocitos de Mí, un proyecto de productos de decoración hechos a mano impulsado por la emprendedora Inmaculada. Una persona a la que nunca le ha gustado regalar cosas convencionales o por el simple hecho de regalar.

Para ella ofrecer un regalo debía llevar siempre implícito los gustos, las inquietudes, deseos etc. de la persona que va a recibirlo.

Como cuando vas por la calle y de repente ves algo que te recuerda a alguien, que no puedes dejar de pensar que eso ha sido creado para alguien en concreto. Así sin fechas y teniendo la certeza de que sin lugar a dudas ese regalo va a ser un acierto. Y que a través de él se generará un recuerdo, al igual que ocurre con la música.

A los 50 y después de tener a los hijos prácticamente independizados. No dudó en lanzarse a la aventura del emprendimiento para poder ofrecer todas esas sensaciones a través de los regalos personalizados.

¿A qué te dedicabas antes de fundar Trocitos de Mí?

Antes de Trocitos de Mí tuve la oportunidad de dedicarme a la crianza y educación de mis hijos. Después de una etapa en la que gestionaba y trabajaba en mi centro de belleza donde pasaba muchísimas horas al día, me planteé seguir con mi negocio, el cual me encantaba, o permitirme la oportunidad de no perderme absolutamente nada del desarrollo de mis hijos. La decisión fue la segunda. 

¿Cuál fue la motivación de emprender a los 50 años?

Siempre he sido una persona inquieta. Mientras estaba fuera del mundo laboral siempre estaba haciendo cosas. Me encanta trabajar con las manos y crear. Igual me encontraba cosiendo cortinas para mi madre, ayudando a los amigos en las reformas de casa, preparando cumpleaños, comuniones para sobrinos o amigos. En fin que a pesar de no trabajar fuera de casa siempre estaba inmersa en un proyecto u otro. Hasta que al final me encontré que mis hijos se hicieron mayores y ya no me demandaban tanto como yo quisiera y necesitaba seguir llenando ese tiempo. Esa fue la principal motivación. Aunque también hubo otras.  

¿Cómo fue el proceso de fundar una empresa desde el comienzo?

El proceso es lento si empiezas desde cero porque vas aprendiendo por el camino y son muchas cosas en las que tienes que repartir tu tiempo y energía. No solo se trata de crear tus productos. También tienes que adquirir conocimientos básicos de marketing, entre otras cosas. Cosas en las que yo nunca había pensado, ya que mi mente es creativa y pensaba que únicamente elaborando mis productos ya sería suficiente. Pero no es así. Aunque si ahora echo la vista atrás, a pesar de que al principio se me hacía un mundo. Reconozco que estoy orgullosa de todo lo que he aprendido y lo mucho que me queda por aprender. 

¿Considera que la edad fue un factor positivo a la hora de iniciar un nuevo proyecto?

Sí. En mi caso sin duda fue la mejor edad. Soy una persona muy madrera y si hubiese tenido que compatibilizar Trocitos de Mí con mis hijos, me hubiese costado muchísimo.

Por eso para mí fue la mejor edad. Una edad en la que me puedo dedicar al 100 %. 

¿Cómo sobrellevaron el proyecto durante la pandemia?

Precisamente la pandemia fue el comienzo de este proyecto. Todo estaba parado y no había mucho que perder, así que creo que ese también fue uno de los motivos. Como siempre, yo no podía estar parada y empecé a hacerle mascarillas a la familia con mi máquina de coser en casa. Hubo gente que, o bien por la falta de mascarillas en aquel momento o porque en realidad le gustaba mi manera de confeccionarlas, empezó a pedirme si podía hacer también para ellas y así comenzó todo.  

¿Cuál fue el mayor desafío al fundar Trocitos de Mí?

El mayor desafío, sin duda, es el desconocimiento. Por mucho que tú tengas claro lo que quieres hacer, lo que quieres transmitir y lo que quieres ofrecer. Te encuentras con que no sabes como hacérselo llegar a la gente. No sabes lo que tienes que hacer para conseguir tener visibilidad. Algo que hoy en día resulta muy difícil debido a toda la competencia que hay y la sobreestimulación de las redes sociales. Nos encontramos en una era en continuo cambio donde lo que sirve hoy mañana ya no. No se trata de lo que quieres ofrecer, sino de como llegar a esas personas a las que quieres ayudar con tus productos. 

¿De dónde saca la inspiración para crear cada regalo?

Los regalos que se hacen en Trocitos de Mí siempre nacen del sentimiento y las emociones. No puede ser de otra manera. Cuando se va a crear un regalo, lo primero que se tiene en cuenta es cómo se va a sentir la persona que va a recibir ese regalo. Por eso, nos encantan esos regalos en los que el cliente es partícipe. Nadie como el cliente conoce a la persona a la que va dirigido ese regalo. 

¿Qué es lo que más disfruta de este emprendimiento?

Sin duda crear y diseñar nuevos productos. Aunque también disfruto mucho de todos esos mensajes que me llegan por privado describiendo y agradeciendo lo emocionante que ha podido ser todo el proceso. Desde la compra a la entrega. Es como si la intención y el cariño que se pone en cada producto llegase. Y la verdad eso es muy bonito.