Siempre ha sido la pregunta del millón de dólares. Y hoy, Bruno Major podría ser un ejemplo de respuesta a esa incógnita. ¿Qué tan grande puede llegar a ser un artista independiente sin la ayuda de un sello discográfico importante?
El debate ha sido feroz en este punto durante 20 años, desde que TuneCore se lanzara al mercado discográfico digital en 2005. Las posibilidades de muchos artistas eran y son, muchas y pocas al mismo tiempo. No hay una clave, ni un manual del éxito para una canción.
Bruno Major, con casi treinta y cinco años y con sede en el Reino Unido, edita su música a través de AWAL (Sony Music), posee sus propias grabaciones, y ya ha acumulado cómodamente más de mil millones de reproducciones en Spotify, donde dos de sus temas, Easy y Nothing, tienen más de un cuarto de billón de reproducciones cada uno.
Major lanzó recientemente sus últimos sencillos, We Were Never Really Friends y Columbo, antes de su tercer álbum de estudio, también llamado Columbo, el cual se edita a finales de este verano.
Bruno Major es también un exitoso artista en directo, con una gira por Asia, Europa y América del Norte recientemente confirmada, habiendo estado anteriormente de gira con Sam Smith.
Además tiene una historia particularmente interesante con el negocio discográfico. Major comenzó en la industria de la música al firmar un importante contrato con Virgin Records, entonces propiedad de EMI, en Los Ángeles.
Originalmente, este artista independiente tenía la intención de ser un guitarrista. Aspiraba a convertirse en el guitarrista de Stevie Wonder o en el guitarrista de Tom Waits.
Pero se mudó a Londres desde su natal Northampton, y la energía en esa ciudad inspiró su creatividad para comenzar a escribir. Rápidamente se percató de que la combinación de palabras y música eran una gran pasión, y era realmente donde radicaba la magia para él.
Después de un contrato con Virgin Records en Estados Unidos y la grabación de un álbum que la discográfica desechaba por considerar no apto para el gran público, este artista decide ir absolutamente en solitario. La caída fue estrepitosa. Romper un contrato con una gran firma de la industria musical tiene sus consecuencias.
Sin dinero, y sin otro adelanto para costear más inversiones musicales y de promoción, regresa a su país sin carrera, sin fans y con pocas expectativas para abrirse paso una vez más en este negocio.
Con un ordenador portátil y asistiendo a muchas tutorías en Youtube para producir música y luego subirla a SoundCloud, pasaron casi veinte meses hasta que su director creativo insistiera en hacerlo todo de forma independiente.
Bruno Major se define a si mismo com0 un artista honesto, sin mayores pretensiones y con pocas vanidades. Solamente desea monetizar su música y vivir de su trabajo. Dice no sentir deseos de ver su nombre en las grandes publicaciones musicales ni carteles en cadenas de supermercados con su nuevo álbum.
Tampoco arremete contra las grandes compañías discográficas que controlan una parte más que sustancial del negocio a nivel mundial. Se siente afortunado por haber conseguido tales cifras de reproducción en Spotify, pero de momento no se plantea volver a pertenecer a una firma de renombre en este negocio.
A veces, sin darte cuenta tocas una varita mágica que no sabías que tenías al lado. Este es un ejemplo.