El Gobierno de Estados Unidos ha incluido este jueves en su lista negra de sanciones a la minera estatal birmana responsable de la explotación de la piedras preciosas, alegando la necesidad de tomar medidas ante las «acciones brutales» que le atribuye a la junta militar desde el golpe de Estado del 1 de febrero.
El mercado de las piedras preciosas está considerado una fuente de ingresos clave para Birmania y tradicionalmente ha estado controlado por las Fuerzas Armadas. El Departamento del Tesoro, con el objetivo de cerrar las vías de financiación de los militares, ha sancionado a la firma Myanmar Gems Enterprise (MGE), dependiente del Ministerio de Minas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha explicado en un comunicado que Washington quiere enviar un «clara señal» a las actuales autoridades birmanas, a las que ha amenazado con una «creciente presión» hasta que «cesen la violencia, liberen a todos los detenidos injustamente, levanten la ley marcial y el estado de emergencia, retire las restricciones a las telecomunicaciones y devuelven a Birmania a la senda de la democracia».
Blinken ha señalado que «el régimen militar birmano ha ignorado la voluntad de la población», que se manifiesta de forma ininterrumpida desde la asonada. En este sentido, ha lamentado los «ataques letales contra manifestantes» y los «ataques al azar contra peatones», fruto de los cuales han muerto ya más de medio millar de personas.
El jefe de la diplomacia norteamericana ha agregado que Washington seguirá trabajando con sus aliados para revertir la crisis política de Birmania y «garantizar la rendición de cuentas por el golpe y por la violencia que ha venido después».