El Pleno del Parlamento Europeo ha reclamado este jueves a la Comisión y a los Estados miembro que tomen medidas contra la sobreproducción y el consumo excesivo de ropa y calzado para acabar así con el ‘fast fashion’, empezando por una definición clara de este término, que implica «volúmenes elevados de prendas de menor calidad a precios bajos».
El texto, que se ha aprobado por 600 votos a favor, 17 en contra y 16 abstenciones, pide que los productos textiles vendidos en la UE sean más duraderos, más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar, mientras que su producción debe respetar los derechos humanos, sociales y laborales, el medio ambiente y el bienestar animal a lo largo de la cadena de suministro.
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, conmemoró en la sesión plenaria del miércoles el décimo aniversario del colapso de la fábrica de ropa Rana Plaza en Bangladesh, en el que murieron 1.134 personas y recordó que este desastre fue una llamada de atención para el mundo occidental, incluida la UE, que tiene la responsabilidad de «hacerse cargo de las consecuencias de anteponer las preferencias de los consumidores por la abundancia y la asequibilidad a la moderación y la sostenibilidad».
Los eurodiputados quieren objetivos ambiciosos basados en la ciencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el ciclo de vida del sector textil, para lo que han solicitado, tanto a Bruselas como a los países de la UE, que garanticen que los procesos de producción sean menos intensivos en energía y agua, eviten el uso y la liberación de sustancias nocivas y reduzcan las huellas materiales y de consumo.
Asimismo, han pedido que la revisión de la directiva de residuos incluya objetivos específicos separados para la prevención, recolección, reutilización y reciclaje de residuos textiles, así como la eliminación gradual de su vertido.
El texto invita también a que los consumidores deben estar mejor informados para ayudarlos a tomar decisiones responsables y sostenibles, incluso mediante la introducción de un «pasaporte de producto digital» en la próxima revisión del reglamento de diseño ecológico.
Otras peticiones incluyen una prohibición explícita sobre la destrucción de productos textiles no vendidos y devueltos en las normas de diseño ecológico de la UE; reglas claras para poner fin al ‘ecopostureo’; garantizar prácticas comerciales justas y éticas y lanzamiento sin demora de la iniciativa de la Comisión Europea para prevenir y minimizar la liberación de microplásticos en el medio ambiente.