La cifra de desempleados en todo el mundo continuará reduciéndose este año, cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) espera que el número de desocupados se situará en unos 191 millones, un millón menos que en 2022, regresando así al nivel anterior a la pandemia de Covid-19 y reduciendo la tasa de paro global al 5,3%, una décima menos que el año pasado y dos por debajo del dato de 2019.
«La recuperación mundial de las tasas de desempleo tras la crisis de la Covid-19 ha sido notablemente rápida en comparación con crisis
anteriores, tales como la crisis financiera mundial de 2008-2009», destaca la Organización.
Sin embargo, subraya la heterogeneidad del ritmo de la recuperación entre las distintas regiones, puesto que en los países de ingresos altos la tasa de paro se mantendrá en el 4,6% este año, por debajo del 4,8% de 2019, con una fuerte mejora en Europa Occidental, hasta el 6,3% desde el 7% previo a la pandemia, mientras que en Norteamérica bajará al 4% en 2023, frente al 3,9% de 2019.
Por contra, el estudio señala que en los países de ingresos bajos el desempleo alcanzará el 5,7% este año, cinco décimas por encima del nivel prepandemia, mientras que en países de ingresos medianos-bajos el paro será del 5,1%, cuatro décimas por debajo del dato de 2019.
En su análisis, la OIT atribuye la mejoría esperada en los niveles de desempleo a una resiliencia mayor a la esperada del mercado laboral de los países de ingresos altos frente a la desaceleración económica, donde anticipa que las subidas adicionales de los tipos de interés «serán limitadas», ya que los bancos centrales empiezan a priorizar las preocupaciones por marcha de la economía.
Asimismo, en el caso de los tipos de interés de muchos países de ingresos bajos y medianos se mantendrán estables o bajarán, aunque advierte de que el riesgo de que la economía mundial entre en recesión sigue siendo apreciable, y crea un importante riesgo a la baja para
los mercados laborales mundiales.
BRECHA DE EMPLEO.
Más allá de las tasas de desempleo, las variaciones de la brecha de empleo, el indicador de la OIT para medir las personas que desearían trabajar pero no tienen ocupación, apuntan a una disparidad mundial en materia de empleo.
De tal modo, los países de bajos ingresos enfrentan la mayor tasa de brecha de empleo, con un 21,5%, mientras que en los países de ingresos medios oscila entre el 11,5% y el 11,2%, y en los países de altos ingresos es del 8,2%.
A nivel global, el estudio apunta a que en 2023 el déficit mundial de
empleos se situará en 453 millones de personas o el 11,7%, dos décimas menos que en 2022 y más del doble que el nivel de desocupación estimado.
Además, la OIT apunta que los países de bajos ingresos constituyen el único grupo que ha registrado un incremento a largo plazo de esta tasa de brecha de empleo, desde el 19,1% en 2005 al 21,5% en 2023.
Por otro lado, la referencia también revela una peor situación en el caso de las mujeres, cuya tasa de déficit de empleos sería del 14,5%, frente al 9,8% de los hombres, siendo los países de bajos ingresos donde se registra la mayor disparidad de género en los déficits de ocupación.