Bola Tinubu ha jurado este lunes el cargo como nuevo presidente de Nigeria tras hacerse con la victoria en las elecciones celebradas en febrero, marcadas por las denuncias de fraude por parte de varios opositores que dijeron que no reconocían su derrota, con lo que sustituye en el cargo a Muhammadu Buhari, quien estuvo al frente del país desde 2015.
Tinubu ha tomado posesión de manos del jefe del Tribunal Supremo, Kayode Ariwoola, en una ceremonia en la capital, Abuya, en la que Kashim Shettima ha jurado el cargo como vicepresidente, según ha recogido el diario nigeriano ‘Punch’.
Durante su discurso inaugural, Tinubu ha recalcado que trabajará para combatir el terrorismo y la pobreza en el país africano, al tiempo que ha defendido el trabajo llevado a cabo por Buhari durante la última década.
«Trabajaré a través de la creación de puestos de trabajo y la seguridad alimentaria para poner fin a la pobreza extrema», ha dicho, antes de recalcar que garantizará que «se hace frente a la corrupción a través del fortalecimiento de las agencias que luchan contra la corrupción».
«Nuestro gobierno seguirá dando pasos proactivos como impulsar una cultura de méritos para desanimar los actos de corrupción, al tiempo que se fortalece la efectividad y eficiencia de las diversas agencias de lucha contra la corrupción», ha recalcado.
Asimismo, ha anunciado el fin de los subsidios al combustible argumentando que «cada vez beneficiaba más a los ricos, en lugar de a los pobres». «Los subsidios no pueden justificar el cada vez mayor aumento de los costes», ha manifestado, tal y como ha recogido el diario nigeriano ‘Vanguard’.
«Debemos canalizar esos fondos hacia una mejor inversión en infraestructura pública, educación, sanidad y puestos de trabajo que mejoren de forma material la vida de millones de personas», ha argüido el nuevo presidente nigeriano, que ha apostado además por reformas en los presupuestos.
En este sentido, ha aseverado que las autoridades «intentarán lograr un crecimiento del PIB no mejor al seis por ciento». «Usaremos un amplio abanico de manufacturas nacionales y rebajaremos las importaciones», ha dicho, antes de trasladar a los inversores extranjeros que «se revisarán todas las quejas» sobre la multiplicidad impositiva.
Por último, Tinubu ha desvelado que revisará la decisión de su predecesor de modificar el diseño de la divisa nacional, la naira, después de los problemas provocados por la decisión a principios de año, y ha destacado que tanto los billetes nuevos como los antiguos serán válidos.
«La política monetaria necesita un repaso. El Banco Central debe trabajar de cada a una tasa de cambio unificada. Esto alejará los fondos del arbitraje hacia inversiones significativos, equipamiento y trabajos que impulsen la economía real», ha argumentado, tal y como ha recogido el diario ‘Daily Trust’.
El exgobernador de Lagos, que se presentó como candidato del gubernamental Congreso de Todos los Progresistas (APC) de Buhari, se hizo con cerca de 8,8 millones de votos, por delante de Atiku Abubakar, del Partido Democrático de los Pueblos (PDP) –que obtuvo cerca de siete millones de papeletas–, y Peter Obi, del Partido Laborista –quien recabó unos 6,1 millones de apoyos–.
Tras ello, defendió que se había impuesto en unas elecciones «justas y creíbles» y destacó que «no es momento para la acritud y la recriminación», en medio de las denuncias de varios candidatos opositores sobre irregularidades en los comicios, que llevaron a Abubakar y a Obi –quienes aseguraban ser los verdaderos vencedores– a presentar recursos ante los tribunales para intentar anular los resultados de los comicios.
Tinubu sustituirá a Buhari, quien no pudo presentarse debido a que ha cumplido ya el límite de mandatos fijados por la Constitución de Nigeria. Las elecciones suponen además la primera ocasión desde el retorno del país al gobierno civil en 1999 en la que ninguno de los candidatos es un antiguo líder militar, como era el caso de Buhari, quien ya estuvo al frente del país entre diciembre de 1983 y agosto de 1985 tras un golpe de Estado.
El presidente saliente dio el domingo un discurso a la nación en el que hizo un balance positivo de su mandato, si bien reconoció el dañino impacto de sus políticas económicas y su incapacidad para traer a casa a todas las chicas secuestradas en Chibok en 2014, símbolo de la violencia en el país. «Puedo decir con toda confianza que dejo el poder en una Nigeria que se encuentra mejor en 2023 que en 2015», recalcó.