A la gente le encanta recibir regalos personalizados. Según el equipo de la tienda especializada La Luna de Bea, se trata de ir un paso más allá de simplemente dar un obsequio.
El significado de estos presentes es muy apreciado cuando se usan como detalles para eventos corporativos. Son una excelente estrategia de las marcas para mejorar su recall entre clientes, colaboradores o proveedores. Es por esa razón que han ganado protagonismo dentro de las relaciones personales y empresariales.
Los tiempos actuales se caracterizan por la gran gama de posibilidades que se han abierto en torno a los obsequios. En el ámbito personal o corporativo, la premisa principal se orienta más hacia lo original, lo único o el diseño exclusivo que representan los regalos personalizados. Para muchos, se trata de un gesto más emotivo.
Conscientes de eso, el equipo de La Luna de Bea está ofreciendo un catálogo centrado en esos valores. Beatriz Donis Antolin, CEO de la firma, destaca, por ejemplo, las sudaderas personalizadas con la inicial del nombre, cuyo diseño se puede ajustar al gusto de quien recibirá el obsequio. Otra prenda de vestir que posee en su vitrina son las camisetas, que también pueden ser personalizadas con mensajes y nombres propios.
Igualmente, están los llaveros de madera elaborados con forma de nombres propios, las jarras de cristal ideales para consumir bebidas o las letras de jabón. Otras ideas para regalos personalizados que propone La Luna de Bea son las cajitas para caramelos, los conos de chuches o las cestas de jabones. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Los detalles para eventos personalizados son uno de los puntos fuertes de la marca. Por esa razón, se han esforzado en ofrecer un catálogo que incluye objetos muy valorados como los álbumes, bolsas de tela y botellas de agua. Para los eventos más formales, propone obsequios como packs de botellas de vino con raciones de paté en un tamaño mini.
Otros packs muy demandados de la firma son la caja regalo con botella de agua y taza o la caja de madera personalizada. Relojes de pared o puzzles de madera también figuran entre las alternativas. Tras hacer los pedidos, los plazos de entrega varían entre 10 y 15 días hábiles y todo se puede gestionar de manera remota.
La Luna de Bea ha sido un sueño que Beatriz Donis Antolin forjó desde hace varios años. Todo empezó cuando desempeñaba un trabajo que, según dice, no le llenaba. Como todo emprendimiento, la consolidación de este proyecto ha significado una dura apuesta a la perseverancia y a trabajar sin descanso para ofrecer productos innovadores.
