El Gobierno de Portugal ha retirado este martes la obligatoriedad de utilizar mascarillas en centros de salud, incluidos hospitales, y residencias de mayores, aunque sigue recomendando su uso en lugares cerrados o aglomeraciones para personas vulnerables frente a un posible contagio de COVID-19.
La medida, aprobada la semana pasada en Consejo de Ministros, entra en vigor este martes, después de más de tres años de vigencia de las mascarillas, con la publicación en el Diario de la República.
El Gobierno de António Costa considera que fue «una medida importante» para prevenir la expansión del coronavirus, pero cree que «la evolución de la situación epidemiológica», la elevada tasa de vacunación y el conocimiento de la población sobre la enfermedad no la hacen imprescindible.
Las autoridades portuguesas atribuyen a la COVID-19 más de 5,5 millones de casos y más de 26.000 fallecidos desde el estallido de la pandemia en 2020.