Los estudios demuestran que después de los 40 años, uno de cada 3 hombres presenta algún grado de disfunción eréctil y hasta un 10 % de los hombres jóvenes pueden llegar a presentarla. Las cifras de por sí son altas y a considerar.
La disfunción eréctil se define como la incapacidad persistente para conseguir y mantener una erección suficiente para la realización satisfactoria de la relación íntima, la cual genera sentimientos de frustración, tanto para el hombre como en la pareja.
En pacientes jóvenes se estima que en el 90 % de los casos, la disfunción eréctil se presenta por causas situacionales, es reactiva, es decir, se presenta ante un contexto determinado, también es conocida como psicológica, porque de alguna manera la parte íntima fisiológicamente está normal, pero la ansiedad, el nerviosismo y el temor al desempeño es tal en el momento de tener la relación que lleva a bloquear la y provoca la disfunción masculina.
Un parámetro clínico para determinar si se trata de una disfunción eréctil de causa situacional, psicológica o de causa médica es la presencia de las erecciones matutinas.
Durante el sueño profundo, se relajan los vasos de las partes íntimas y permiten la entrada de sangre a los cuerpos cavernosos, es solo por relajación no tiene que ver nada la parte erótica, sin embargo, refleja el buen funcionamiento vascular, neurológico y endocrino.
La ausencia de estas, tanto en jóvenes como en hombres mayores, puede orientar la presencia de algún problema médico subyacente.
En hombres mayores están plenamente identificados los factores de riesgo para presentar disfunción eréctil: hipertensión arterial, diabetes Mellitus, antecedente de cigarrillo, problemas de colesterol, sedentarismo y obesidad. Todos estos padecimientos causan daño en los vasos de las partes íntimas que impiden mantener una relación sexual.
En consulta, explica el Dr. Guillermo Romero, urólogo, experto en salud íntima masculina, se debe, además de realizar una historia clínica y sexual completa, determinar los posibles factores que desencadenaron la disfunción, conforme la evaluación se solicitan estudio de laboratorios y de imágenes diagnósticas para iniciar un tratamiento en cada caso en particular.
Actualmente, por fortuna, existen varias opciones de tratamiento para el manejo de la disfunción eréctil. Las sociedades científicas recomiendan un tratamiento escalonado, paso a paso conforme la respuesta clínica. Inicialmente, en pacientes jóvenes, la terapia psicológica y técnicas conductuales se deben abordar. La primera línea de tratamiento médico son los medicamentos orales. Los productos lanzados al mercado hace más de 20 años han comprobado ser una molécula eficaz y segura para el manejo de la disfunción eréctil. Desde entonces, han salido nuevos medicamentos con excelente respuesta y muy bien tolerados.
Cuando la terapia con medicamentos falla, la terapia intracavernosa o aplicación de agentes directamente en la parte íntima es el segundo paso de tratamiento. Los pacientes que no la toleran o no obtienen una respuesta satisfactoria o no desean este tipo de terapia son los candidatos a cirugía, que consiste en un implante de prótesis en la parte íntima.
Las ondas de choque de baja intensidad forman parte de las opciones de tratamiento y en fase de investigación con un futuro, al parecer, prometedor el plasma rico en plaquetas (PRP).
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