Una creciente noción de salud y bienestar, exacerbada en el último año por la pandemia en plena era digital, ha provocado un cambio en la forma de vivir de los nuevos superricos y en cómo quieren sus casas. Y eso se nota en las peticiones que hacen a las empresas de diseño de interiores, que van desde electrodomésticos que aumentan la productividad hasta ayuda para una alimentación sana o la optimización del sueño.
«Hemos fabricado muchas duchas con vitamina C durante el último año», ha señalado a The Telegraph Hamish Brown, de 1508, una de las empresas londinenses de diseño de interiores más de moda, añadiendo que esto «está en consonancia con la forma en que los nuevos superricos prefieren vivir ahora».
Además de las duchas de vitamina C, de las que se dice que purifican el agua y mejoran la calidad del cabello y de la piel, también están los programas de iluminación circadiana casi esenciales (que replican las propiedades de la luz natural, del día a la noche, obedeciendo al ritmo circadiano natural).
Y aunque los majestuosos sistemas de cine en casa parezcan incompatibles con la conciencia, han vuelto a ponerse de moda. Dado que trabajar desde casa no sólo forma parte de la vida en la era Covid-19, sino también de un mejor equilibrio entre la vida laboral y la personal, un cine en casa puede ser, durante el día, perfectamente adaptado a un espacio de trabajo desde el que se pueden realizar sofisticadas videoconferencias.
Brown ha comentado a The Telegraph que ha supervisado proyectos de primera línea en todo el mundo. En un trabajo reciente en un ático londinense de 930 m2, la principal preocupación del cliente era su espacio de meditación, colocado cuidadosamente para recibir los primeros rayos de sol de la mañana.
Un «estilo de vida antiinflamatorio» ha demostrado ser primordial para los clientes adinerados
«Estamos creando envases especiales para cargar los teléfonos móviles que eliminan cualquier posibilidad de radiación, nos abastecemos de materiales lo más ecológicos posible y diseñamos todo lo que requiera alfombras que contengan alguna fibra de plástico… todo cosas obvias. Pero una nueva petición muy común ha sido el salón de té, en lugar de la clásica bodega», revela. Aun así, los coches siguen siendo una pieza importante, y las propiedades más caras dependen de ellos de forma especial.
En otra casa de Chelsea, Brown dijo al periódico inglés que la prioridad es separar el control de la temperatura a cada lado de la cama matrimonial, ya que el marido necesita un aire más fresco que la mujer. «Estamos trabajando en ello», subrayó.
«Dormir es lo mejor que se puede hacer», coincide Simon Rawlings, director creativo del estudio David Collins, que se ha hecho famoso por crear casas para muchas estrellas, desde Madonna hasta Gywneth Paltrow, así como restaurantes y hoteles.
«Es bastante habitual tener un dormitorio junto a un espacio de trabajo, de modo que si trabajas durante la noche, no tienes que despertar a tu pareja cuando te acuestas. Se llama la Sala de los Ronquidos, ¿o me lo he inventado?», bromea Rawlings, citado por el diario londinense. Junto a las saunas de infrarrojos, que se están instalando con cierta regularidad, también está The Mirror, una herramienta digital de fitness integrada de 1.500 dólares que, al igual que la bicicleta Peloton [que simula la experiencia de montar en bicicleta en un estudio indoor], viene con un programa de clases.
Cocinas profesionales en casa
Pero Rawlings está convencido de que el verdadero foco de atención ahora mismo está en la zona de la cocina. «Incluso en las casas más grandes, la cocina se está convirtiendo en una parte integral del comedor. Y tiene sentido: la gente está más interesada que nunca en lo que come», indica Rawlings, y dice que, además, «la gente disfruta de verdad mostrando la preparación de sus alimentos».
La profesionalización de la cocina doméstica ha llegado al punto de que los clientes piden placas de inducción de titanio, en las que cualquier punto de la superficie reacciona a lo que se coloque encima, y en las que incluso una sartén de un metro se puede calentar de forma uniforme, según cuenta el experto a The Telegraph. Y los ultracongeladores son prácticamente la norma [también se denominan «abatidores de temperatura» porque bajan rápidamente la temperatura de los alimentos cocinados, sin permitir que permanezcan en la zona de peligro (+ 8ºC) y evitando así los hongos y otras bacterias].